Has decidido emprender, ya estás dado de alta como profesional autónomo y ahora quieres continuar creciendo poniendo en marcha tu propia sociedad. Pero, ¿qué tipo de sociedad deberías elegir? ¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes? A la hora de escoger una forma jurídica debes tener en cuenta varios factores. Una vez los conozcas podrás saber con mayor claridad qué tipo de sociedad te convendrá. ¡Sigue leyendo para despejar tus dudas!
Factor económico
En muchos casos nos va a resultar más rentable comenzar ejerciendo como profesional autónomo y una vez nuestro negocio prospere valorar la posibilidad de convertirnos en sociedad. El motivo: a medida que nuestra facturación anual aumenta (se aprecia a partir de los 40.000€ anuales) nos puede convenir más tributar por el Impuesto de Sociedades que por el IRPF.
También es importante destacar que para constituir una sociedad es necesario un capital social mínimo. Este puede variar desde los 3.005,06€ mínimos (Sociedad Limitada o Sociedad Limitada Nueva Empresa) hasta los 60.101,21€ (Sociedad Anónima). Por tanto, el presupuesto del que dispongamos también puede marcar nuestra elección final.
Tipo de actividad
La actividad o el sector en el que vas a ejercer puede requerir la adopción de determinadas formas jurídicas. Por ejemplo, las agencias de viajes están obligadas por ley a constituirse como sociedad mercantil.
Número de socios
¿Cuántas personas participarán en el proyecto empresarial? Se trata de un factor importante para determinar la forma jurídica. De hecho, tanto las sociedades laborales como las cooperativas exigen un número mínimo de tres socios.
En el caso de que seas el único socio en tu proyecto, existe la opción de Sociedad Limitada Unipersonal o Sociedad Anónima Unipersonal. Tal y como establece la ley, ambas se constituyen o bien con un solo socio o porque tras haber más de un socio, la sociedad los ha perdido quedando finalmente uno. Otro de los aspectos a destacar son las relaciones que van a mantener los socios entre sí. Es posible restringir la entrada de nuevos socios o de valorar la aportación económica.
Responsabilidad
La responsabilidad es otro factor esencial a la hora de elegir forma jurídica. Cuando un autónomo comienza a realizar operaciones que puedan entrañar cierto riesgo económico, es recomendable evolucionar hacia una sociedad. De esta forma, podremos hacer frente a las deudas con el capital social aportado y no con nuestro patrimonio personal. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todas las sociedades responden ante posibles deudas con el capital aportado.
Aspectos fiscales
También debes tener en cuenta el tipo de imposición fiscal al que están sometidas las actividades que vas a realizar (Impuesto de Sociedades). A continuación te mostramos las características básicas de cada tipo de sociedad (número de socios, capital, responsabilidad y fiscalidad):